martes, 26 de marzo de 2013

Leyenda del Diañu burlón


El Diañu burlón es una criatura que puede adoptar la figura de caballo, de vaca, de carnero o de cualquier otro animal, incluso de bebé humano. Se hace presente principalmente en la noche, cuando puede moverse libremente entre las penumbras, aprovechando para divertirse asustando al caminante que anda a deshora, desorientando al campesino que busca el ganado perdido, burlándose de los mozos que regresan tarde de la fiesta.
Entre sus travesuras más comunes están la del burro blanco que se ofrece como montura al caminante y que una vez montado crece y crece sin cesar, el caballo que después de una galopada infernal devuelve al jinete al mismo lugar de donde partió, le arroja de cabeza al río o le quema los pantalones; el cachorro remojado muerto de frío que una vez llevado a casa y secado al lado del fuego se burla de su benefactor; el perro negro que persigue al caminante; el sapo que corre más que el caballo y su jinete; el bebé que juega desnudo sobre la nieve. También es el causante de un sinfín de ruidos, luces misteriosas y otros fenómenos inquietantes que atemorizan al caminante nocturno
Diañu burlón leyendas de terror
La figura del Diañu burlón es compleja, por un lado parece haber absorbido atributos de diversos duendes y genios menores especializados, que bajo distintas denominaciones se dan en otros lugares de Europa. Y, por otro lado, se confunde con la imagen omnipresente de Satán, Señor de los Infiernos, cuya figura demoníaca constituye la encarnación del mal propagada por la Iglesia Católica.
Sin embargo, y al igual que en otros pueblos europeos, el Diañu burlón asturiano es un genio bromista y hasta cierto punto divertido, que disfruta burlándose de las gentes con sus travesuras nocturnas.

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